domingo, 4 de mayo de 2014

Rostros: "Lo que pudo haber sido"

Más de una vez pensé en alejarme de todo pero ella llenó mi mundo en pocos minutos. No necesitaba de nada más para seguir adelante. Esperaba que me quisiera tanto como yo le quería en ese instante, pero eso no pudo pasar.

La vida a su lado parecía un sueño hecho realidad pero todo fue cambiando con las horas.

                          ***

Algo pasaba pero Amelia no quería decirme, su actitud distante destrozaba mi esperanza de que nuestra relación funcionara. 


Una tarde, cuando regresé del trabajo, todo pareció tener sentido. Busqué a Amelia por todos lados sin resultados. Llegó tarde en la noche. La lluvia parecía seguirla, ya que pronto cayó una tormenta. 


Le pregunté si mis sospechas eran ciertas; ella no respondió. Buscó en su cartera y tiró un papel sobre la mesa, luego se fue hacia la habitación sin dirigirme una palabra. Leí lo que decía en el papel; no podía creer lo que veían mis ojos. Tuve que leerlo dos veces más para darme cuenta de que era cierto. La vida me pareció increíble. Me dirigí hacia la habitación. 


Amelia estaba envuelta en una frazada dándome la espalda. Le pregunté por qué, por qué lo había ocultado pero ella no hablaba. La giré hacia mí, sus ojos me perforaban con furia. No quise seguir insistiendo; para ella parecía ser algo complicado de llevar. Me recosté a su lado y la abracé, sus lágrimas caían tibias sobre mis brazos.Me dormí en algún momento de la noche, aunque no supe bien en qué momento pasó, tuve un sueño muy feliz para variar. 


La luz en las ventanas me despertó, Amelia no estaba. Temí lo peor, no la encontré en casa. Me vestí rápidamente y busqué en todos los lugares donde solía estar cuando algo le preocupaba. No estaba en ningún lugar, sus amigos tampoco sabían nada. No me quedaba otra opción que esperar a que regresara, siempre lo hacía.  


Las horas parecían siglos mientras esperaba tener noticias de ella. Llegó como si nada hubiese pasado; dijo sin más que ya había solucionado todo, que olvidara lo ocurrido ayer. Le pregunté ¿qué había hecho?¿Por qué había tomado esa decisión sin consultarme? Pero como siempre el silencio y una sonrisa fueron su única respuesta. Luego de eso me besó en la mejilla y se encerró en la habitación; esa noche dormí en el sofá, no quería verla. 


Por la mañana el enojo ya se me había pasado, pensé que quizá Amelia tenía razón en tomar esa decisión. Quizá no era el momento adecuado para nosotros, aunque sentía una profunda pena.


Amelia estaba sentada en la cocina. La salude y ella respondió tan fríamente como siempre. Me hice un café, lo necesitaba tanto... Seguía lloviendo. La ventana se veía como yo me sentía, pero ella seguía tan indolente como siempre. 


"Te odio" me dijo sin más. Yo no sabía qué hacer, la miré y me aleje con la taza de café.Agarré el bolso que traje conmigo al mudarme a su casa, guardé las pocas cosas que tenía y me fui. Nunca más miré hacia atrás. 


Ella me negó lo único que desee durante años. Llevaba una vida soñando que ella sería la mujer con la que terminarían mis días. Pero exactamente eso me negó en ese momento, una vida nueva.



                            

miércoles, 8 de enero de 2014

Rechazo

¡Ay de mí! ¿Qué habré hecho tan malo en otra vida para que me castiguen así? ¿Asesinato? ¿Robo?

 El constante rechazo me hace daño, ya no sé qué hacer para que mi vida tome un nuevo rumbo. Quizá  buscar nuevos hobbies, leer un libro, viajar, no sé, mi vida no tiene sentido en este momento.


Mi esposa se preocupa por mí, dice que llorar hasta dormir no es normal en estos casos. Que quizá sea una exageración el reaccionar así…